domingo, 13 de marzo de 2016

Manifestación taurina en Valencia

Aplausos

El 13 de marzo de 2016 en Valencia ha tenido lugar una manifestación taurina histórica, a la que han acudido todos los estamentos del toro. Más de cuarenta mil participantes han recorrido las calles en un ejemplo de civismo y de unión entre profesionales, aficionados, figuras del toreo y la afición de "bous al carrer", así como aficionados y peñas de toda España.

Por la mañana, en la plaza de toros, llena con más de doce mil aficionados y con pancartas de apoyo a la tauromaquia, se celebró el concurso de recortes, que ha supuesto el primero de los actos reivindicativos, porque antes del inicio del concurso se leyó un manifiesto en favor de la Fiesta a cargo de los tres toreros actuantes de la tarde, Rafaelillo, Manuel Escribano y Paco Ureña, que fueron interrumpidos por el público con gritos de ¡libertad, libertad! Estuvieron acompañados por el torero Javier Vázquez, los ganaderos Adolfo Martín, Álvaro Domecq, Victorino Martín y el catalán Pedro Fumadó "El Charnego", los empresarios Simón Casas y Nacho Lloret, la empresa Medetauro (organizadora del concurso), así como representantes de las peñas taurinas, encabezados por Vicente Nogueroles, y organizadores de la manifestación. Acabó Ureña con un ¡Viva el toreo! en medio de una atronadora ovación de las más de 11.000 personas que llenaban la plaza, que puso los pelos de punta.







La manifestación se ha iniciado a las 15:00 horas en la plaza San Agustín. Entre los asistentes a la manifestación había caras conocidas como las de los diestros José Tomás, El Juli, Morante, Diego Urdiales, Manzanares, Ponce, El Soro, Juan José Padilla, David Mora, César Jiménez, Cristina Sánchez, César Rincón, Javier Vázquez, Daniel Luque, Dámaso González, Román, Abel Valls, Ortega Cano, los novilleros Joaquín Galdós, Varea, Fernando Beltrán, Ginés Marín; ganaderos como Adolfo Martín, Antonio Bañuelos, Álvaro Domecq, Victorino Martín, Eduardo y Antonio Miura, Daniel Ramos, Carlos Núñez, ganaderos valencianos como Machancoses o Benavent; empresarios como Simón Casas, Carlos Zúñiga, Pepe Cutiño, Nacho Lloret, Pablo Lozano, Óscar y Pablo Chopera, Manuel Martínez Erice, o filósofos como Francis Wolf. Destacó la abundante participación de los aficionados de "bous al carrer" y peñas taurinas de la Comunidad Valenciana, impulsores como ocurriera en Castellón, de esta marcha por la Fiesta. Encabezaba la manifestación una pancarta portada por las figuras y demás gente del toro, que rezaba: “Los toros, cultura, raíces y libertad de un pueblo”. Hubo gritos de ¡libertad, libertad! a lo largo de todo el recorrido.

Poco antes de las 16:00 horas llegaba la cabecera de la manifestación a la plaza de toros. Desde un balcón de la naya de la misma, Enrique Ponce, al lado de otro torero valenciano ilustre, El Soro, leyó el manifiesto.

"Somos fuertes. Y muchos. Y responsables. Lo hemos demostrado hoy aquí. Lo estamos demostrando. Y por todo ello somos felices y estamos orgullosos de ser aficionados a los toros. Que se entere quien debe enterarse, ¡que se entere el mundo! Somos españoles con derechos, españoles de estos tiempos, españoles de todas las sensibilidades y orígenes, también tenemos que resaltar, gracias, que nos acompañan muchos compañeros de países europeos y americanos donde la Tauromaquia tiene reconocimiento y tratamiento de arte, aprendamos de ellos. Somos, insisto, españoles con derecho a nuestra identidad, a nuestra cultura, al buen nombre de nuestros padres a los que les gustó la Tauromaquia en todas sus expresiones, en la calle y en la plaza, e hicieron del toro el símbolo de sus pasiones y las plazas lugar de encuentro y descanso tras las duras añadas de trabajo que levantaron a este país. Somos españoles a los que nos horrorizan las guerras, y la explotación infantil y las desigualdades, hombres y mujeres que lloramos frente a las fosas comunes en las que se han convertido los mares, a los que nos duelen las apreturas de nuestro país, cuestiones todas ellas que precisan urgente y prioritaria atención de las administraciones. Hagan el favor pues de no utilizarnos como materia de distracción. Por todo eso y por más, no podemos consentir, que ahora por intereses espurios y economicistas, venga nadie a decir que sus pasiones (las de nuestros padres y abuelos) eran perversas o crueles. Ni lo eran ellos ni sus costumbres ni lo somos nosotros. Como tampoco lo fueron, no lo son, tantos y tantos intelectuales y artistas de reconocimiento universal que se vieron ganados por la belleza y los valores del toreo. Reivindicamos la Tauromaquia como portadora de valores sociales y humanos, como soporte básico y principal de la biodiversidad en nuestro país, 500.000 hectáreas de dehesa se mantienen gracias a la cría del toro bravo, dónde estarían si no esos paraísos, en qué incendio hubiesen desaparecido, quién las mantendría… Reivindicamos la Tauromaquia también por su animalismo, que incluye especialmente la defensa del toro y todas las especies que se refugian en su ambiente. Reivindicamos la Tauromaquia como herramienta económica dinamizadora de tantas y tantas ciudades, por su capacidad de crear puestos de trabajo, por los efectos en la fijación de la población rural, por sus aportaciones a las arcas del estado y fundamentalmente porque son raíces de nuestra cultura a las que tenemos derecho a no renunciar. No pretendemos repudiar a nadie, ni avergonzar a quienes combaten el toreo como pretenden hacer con nosotros, somos gente de paz y concordia, a quienes no les guste que no vengan a la plaza, a quien no le guste el toreo bastante pena tiene con ello, pero sí exigimos, como es propio en un estado de derecho, la libertad de elegir, de pensar, un tratamiento de igualdad respecto a otras actividades y artes, tanto en lo que se refiere a aportaciones fiscales como a la promoción. No más, pero tampoco menos. Y por descontado no aceptamos la injuria y el insulto. Hoy tenemos que agradecer la magnífica labor de las autoridades en la protección de este acto, hoy sí, otros días nos sentimos abandonados y no queremos que se repita. Por todo eso nos hemos reunido aquí. Hemos reclamado lo nuestro con argumentos, en una exhibición de cordura, con el peso de nuestras sentimientos, con la contundencia de nuestras cifras. Y una recomendación, no nos nieguen sin conocernos. Gracias. ¡Viva el toreo!. Por nuestra cultura, por nuestras raíces y por nuestra libertad".

Queridos amigos unidos por el toro,

En primer lugar quiero deciros que como valenciano estoy orgulloso de vosotros, de la afición de mi tierra. Y como valencianos debemos dar la bienvenida a todos los que han venido desde lejos para estar aquí hoy: A mis compañeros, a los ganaderos, a los amigos de bous al carrer, a la afición en general, a todos vosotros.

Hoy es un día para darnos la enhorabuena todos juntos, hoy es un día histórico para la Fiesta, para el toro, para el toreo. Hoy, una vez mas a través de la historia, el pueblo toma las calles, para reivindicar al toro, al toreo, como un bien propio de su forma de vivir, de su cultura. Una cultura que nuestra Constitución ampara, protege y exige fomentar en sus distintos artículos. Gracias a todos por este apoyo incondicional.

Somos fuertes. Y muchos. Y responsables. Lo hemos demostrado hoy aquí. Lo estamos demostrando continuamente con nuestro buen hacer en las plazas de toros y en las calles por las que corren los toros. Somos un ejemplo de civismo para todos. Y por todo ello somos felices y estamos orgullosos de ser aficionados a los toros. ¡Que se entere quien deba enterarse! ¡Que se entere el mundo!

La cultura no es lo que algunos quieren que sea. La cultura es lo que el pueblo quiere que sea. Y por eso el toro y su mundo son cultura, porque el pueblo así lo quiere desde hace miles de años.

Somos españoles con los plenos derechos, somos ciudadanos españoles de estos tiempos, españoles de todas las sensibilidades y tendencias de opinión y de orígenes distintos. Tenemos que decir, gracias, a muchos compañeros de otros países, europeos y latinoamericanos, que hoy están aquí con nosotros defendiendo una pasión común para todos: el toro. Vienen de lugares donde la tauromaquia tiene un reconocimiento y tratamiento de arte, otros han llegado de lugares donde no existe el toro y sin embargo se han quedado prendidos de su belleza y arte: aprendamos de ellos.

Somos, insisto, españoles con derecho a nuestra identidad, a nuestra cultura, con derecho a recordar el buen nombre de nuestros padres y abuelos a los que les gustó la tauromaquia en todas sus expresiones, en la calle y en la plaza e hicieron del toro el símbolo de sus pasiones y nos lo trasmitieron con pasión y amor. Como se trasmite un tesoro.

Somos españoles a los que nos horrorizan las guerras, y la explotación infantil y las desigualdades sociales. Somos mujeres y hombres que lloramos frente a las fosas comunes en las que se han convertido los mares, a los que nos duelen las apreturas de nuestro país, cuestiones todas ellas que precisan urgente y prioritaria atención.

Hagan el favor pues de no utilizarnos como materia de distracción. Por todo ello y por más, no podemos consentir, que ahora por intereses espurios y economicistas, venga nadie a decir que sus pasiones -las de nuestros padres y abuelos- eran perversas o crueles. Ni lo eran ellos ni sus costumbres ni lo somos nosotros. Como no lo fueron, no lo son ahora tampoco, tantos y tantos artistas e intelectuales de reconocimiento universal que se vieron ganados por la belleza y los valores del toreo.

Reivindicamos la Tauromaquia como portadora de valores sociales y humanos de primer orden, como soporte básico y principal de la biodiversidad en nuestro país, 500.000 hectáreas de dehesa se mantienen gracias a la cría del toro bravo

¿Dónde estarían si no esos paraísos, en que incendio hubiesen desaparecido, quien las mantendría? ¿En que fase estaría la desertización de la Península Ibérica?

Reivindicamos la tauromaquia también por su animalismo, que incluye especialmente la defensa del toro como animal único en el planeta y todas las especies que se refugian en su ambiente.

Reivindicamos la tauromaquia como herramienta económica dinamizadora de tantas y tantas ciudades, por su capacidad de crear puestos de trabajo, por los efectos en la fijación en la población rural, por sus aportaciones a las arcas del estado y fundamentalmente porque son raíces de nuestra cultura a las que tenemos derecho a no renunciar.

No pretendemos repudiar a nadie, ni avergonzar a quienes combaten el toreo como pretenden hacer con nosotros, somos gente de paz y concordia, a quien no les guste que no vengan, pero sí exigimos, como es propio de un estado de derecho, la libertad de elegir, de pensar, un tratamiento de igual respecto a otras actividades y artes, tanto en lo que se refiere a aportaciones fiscales como a la promoción. No más, pero tampoco menos. Y por descontado no aceptamos la injuria y el insulto.

El toreo, el toro, va mas allá de ser un hobby o pasatiempo, el toro es un modo de entender la vida, de enfrentarse a la vida con la posibilidad de encontrar la muerte; es una emoción, una elección libre del ser humano.

Por todo eso nos hemos reunido aquí. Hemos reclamado lo nuestro con argumentos, en una exhibición de cordura, con el peso de nuestros sentimientos, con la contundencia de nuestras cifras, con la conciencia plena de confianza de que nos asiste la razón de la ética y la moral.

Y una recomendación amigable: no nos nieguen sin conocernos.

Gracias a todos.

¡Viva el toreo! ¡Viva el toro en la calle!

El emotivo discurso fue seguido entre gritos de ¡libertad, libertad!

Antes, aseguró: "Es un día histórico para la Fiesta y para el toreo, estamos todos para defender lo nuestro para revindicar lo que amamos y lo que queremos, que tengamos la libertad para demostrar nuestras tradiciones y cultura sin que nos ataquen. El pueblo toma las calles para reivindicar al toro, al toreo como un bien propio de su forma de vivir, de su cultura. Una cultura que nuestra constitución ampara. Somos fuertes y muchos, y responsables. Lo hemos demostrado aquí y lo estamos continuamente haciendo en las plazas y en las calles por las que corren. Somos ejemplo de civismo, y estamos orgullos de ser aficionados a los toros. Somos españoles con derechos a nuestra identidad y nuestra cultura. Hagan el favor de no utilizarnos como materia de distracción. Es lo único que pedimos".

Otros toreros también habían hecho declaraciones. César Rincón: "Siempre estábamos en silencio y ya es hora de que nos manifestemos". Álvaro Núñez del Cuvillo: "Hay que destacar la fuerza de los aficionados de bous al carrer. Por fin nos unimos todos. Con esta manifestación queremos que los antitaurinos nos respeten como nosotros les respetamos a ellos". Santiago López: “Somos pacíficos y se está demostrando. Estoy muy satisfecho por todo el mundo del toro”. El Juli: “Ha sido apasionante y emocionante. Es un día para sentirse orgulloso. La gente del pueblo es la que ha promovido esta manifestación y había que estar a su lado”. Óscar Chopera: “Se ha organizado sin apoyo político, sólo de la gente de la calle y la respuesta ha sido espectacular. Nos tienen que escuchar de una vez”. David Mora: “Era el momento de defender nuestra forma de vida. Ojalá se hubiera hecho antes. Hoy ha sido el comienzo para que próximamente se una más gente”. Morante de la Puebla: “Tenemos que hacernos ver y sentirnos orgullosos de ser taurinos. No tenemos nada que esconder, somos personas pacíficas pero nos obligan a hacer este tipo de cosas. Los antitaurinos se manifiestan de manera insultante, a veces me gusta acercarme al enemigo para ver qué piensan de mí, y creen que somos españoles rancios o franquistas, tienen esa película en la cabeza. Nosotros nos sentimos orgulloso de nuestra tradición, esto es algo espiritual, y, como decía Belmonte, el toreo es una enfermedad que no tiene cura. El toreo lo utilizan los políticos para desviar la atención y no arreglar los problemas que sufre el español, como el paro. Nosotros damos de comer a mucha gente del toreo y me siento orgullos de ser español y torero".










Cultoro


Una marea de aficionados recorrió las calles de Valencia este domingo, 13 de marzo, tal y como las previsiones apuntaban. Todo el mundo del toro de todos los lugares de la geografía española, con representación de todas las Comunidades autónomas y con la bendición de todas y cada una de las figuras del toreo –excepto los que actuaban en los festivales de Almería y Granada esta mañana y esta tarde respectivamente- estuvieron presentes en una cita histórica, la primera que reúne a casi 40.000 almas aficionadas que gritaron para que, de una vez por todas, política y socialmente se respete su legal pasión.

Y así, de forma pacífica, como lo son todos los aficionados a los toros, gritaron libertad, democracia, sentido común a los ataques que constantemente estamos recibiendo por parte de, ante y sobre todo, políticos y ecologistas radicales. Fue a las tres y cuarto en punto cuando el cortejo, encabezado por los profesionales taurómacos de mayor relevancia, partía de la Plaza de San Agustín para recorrer las calles de la capital levantina y, en torno a una hora más tarde, tener su fin en la plaza de toros de Valencia con el coso como testigo del histórico momento.

Matadores de toros como José Tomás, Enrique Ponce, El Juli, José María Manzanares, Morante de la Puebla, Sebastián Castella, Pepín Liria, El Soro, etc.; ganaderos como Victorino Martín, Carlos Núñez, Adolfo Martín, Álvaro Núñez Benjumea, etc.; empresarios como Manuel Martínez Erice, Simón Casas, Nacho Lloret, Pablo Lozano, etc. Y un sinfín de aficionados anónimos, de la calle y de la plaza, que como siempre fueron el sustento de un grito de libertad que se erigió como el puñetazo en la mesa del mundo del toro.

El momento culmen radicó en la lectura del manifiesto por parte de Enrique Ponce en la puerta de la plaza de toros y en el epílogo de la manifestación. Minutos más tarde sería cuando Rafael Rubio "Rafaelillo”, Manuel Escribano y Paco Ureña harían el paseíllo con una corrida de Adolfo Martín, tercera de la Feria de Fallas.






Una vez caminado el recorrido de la manifestación, las 40.000 personas allí reunidas desembocaron a las puertas de la plaza de toros de Valencia, donde el matador de toros valenciano Enrique Ponce fue el encargado de leer un manifiesto que será transmitido a todos los grupos políticos del país para hacerles saber las reivindicaciones del toreo.

Comenzó Ponce agradeciendo la presencia de todos los aficionados que se desplazaban de cualquier punto de España para participar del grito unánime de los taurinos. Estas son algunas de las proclamas del manifiesto:

"Somos españoles a los que nos duelen las injusticias sociales, la violencia entre los humanos, las guerras y las penurias de los pueblos; dejen de utilizarnos como materia de distracción, hombre".

"Reivindicamos la Tauromaquia como herramienta dinamizadora de tantas y tantas localidades, generadora de puestos de trabajo. No pretendemos avergonzar a nadie; somos gente de paz y concordia. A quien no le guste, que no venga, pero sí exigimos la libertad de elegir y de pensar, y un tratamiento de igualdad con respecto a otras disciplinas culturales. No pedimos más, pero tampoco menos".

"El toro va más allá de ser un hobby o un pasatiempo; hablamos de una elección libre del ser humano de cantarle a la vida enfrentando a la muerte. Y todo ello lo defendemos con la conciencia plena de que nos asiste la razón de la ética y nuestra moral. Y una recomendación vehemente: no nos nieguen sin conocernos".
































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