sábado, 20 de diciembre de 2014

En la antigua Roma

Suetonio fue un historiador romano que nació en Hipona (actual Annaba, Argelia) el año 70 dC. Vivió la época de los emperadores Trajano y Adriano. Murió después del año 126 dC. Su obra principal es "Vidas de los doce césares", que cuenta las vidas de los emperadores romanos desde Julio César hasta Domiciano, pasando por Claudio.

Claudio (muerto en Roma, 13 de octubre de 54 d. C.), fue el cuarto emperador romano. Nació en Lugdunum, en la Galia, el año 10 aC, con lo que fue el primer emperador romano nacido fuera de la Península Itálica. Gobernó desde el año 41 hasta su muerte en el año 54. Con él hubo gran prosperidad en la administración y en el terreno militar; las fronteras del Imperio se expandieron, al conquistarse Britania. Era una persona culta y escribió varias obras históricas, hasta el punto de que Plinio el Viejo lo incluyó entre los cien escritores más importantes de Roma.

Hablando de Claudio, Suetonio en un determinado momento dice: "Adornó el circo Máximo con barreras de mármol y metas doradas, cuando las antiguas eran de madera o de piedra tosca. También presentó a los jinetes tesalianos, que persiguen en el circo toros salvajes, les saltan sobre el lomo después de cansarlos a la carrera, y los derriban cogiéndoles por los cuernos".

Si algún lector de este blog quiere ir a la fuente literaria, la referencia la tiene aquí: Suetonio, "Vida de los doce césares", V, 21, 3-4.














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jueves, 18 de diciembre de 2014

Retransmisión de corridas en horario infantil

Tenemos buenas noticias europeas par la Fiesta.

Los eurodiputados españoles Marina Albiol (IP), Ernest Urtasun (ICV) y Jordi Sebastiá (Compromís), con no muy buena intención taurina, querían saber si la Comisión Europea “considera adecuada la programación de espectáculos con violencia explícita hacia los animales en horario de protección para los menores” y han planteado una pregunta escrita al Ejecutivo comunitario.

La Comisión Europea, en la respuesta, afirma que considera que la legislación española es respetuosa con la protección de los menores y en ese sentido avala las retransmisiones taurinas en horario infantil.

El Gobierno de la UE explica que ha hecho una evaluación exhaustiva y la conclusión es que la legislación española transpone correctamente la ley de protección de menores. La respuesta recuerda que la directiva no define lo que significa que un programa pueda perjudicar seriamente el desarrollo físico, mental o moral de los menores, y de acuerdo con el principio de subsidiariedad, "son los Estados miembros los que deben determinar en qué medida los programas pueden perjudicar el desarrollo de los menores o perjudicarlo gravemente".

Actualmente algunas cadenas autonómicas de televisión emiten corridas en horario infantil. Televisión Española las recuperó en 2012, en el inicio de la actual legislatura, después de seis años de ausencia de su pantalla. La dirección del ente público adujo que es una medida que fomenta una tradición reconocida bien de interés cultural, que no contraviene ni el código de autorregulación de protección infantil ni la legislación.







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lunes, 15 de diciembre de 2014

Aporte de la Tauromaquia por el IVA frente al Cine

El profesor de Economía Juan Medina ha publicado recientemente un estudio sobre el IVA de los toros, del que vamos a sacar nuestras propias conclusiones.

Como datos seguros, en 2009 se celebraron 2.684 festejos taurinos. Calculando que, como media, se ocupó el 65% de los asientos en los festejos taurinos, se habrían vendido 3,6 millones de entradas para corridas de toros y 6,3 millones para otros festejos. Los ingresos en taquilla llegaron a 169 millones en las corridas y a 204 millones en los demás eventos taurinos. El IVA devengado habría sido de 27 millones en las corridas y de 14 millones en el resto de festejos. En total, habría una aportación de 41 millones de euros por IVA.

En 2013 se celebraron 1.858 festejos taurinos. 2014 arrojará resultados similares, observándose incluso un leve aumento. Si ajustamos las cifras de 2009 (2.684 festejos y 41 millones de IVA) a la nueva realidad el IVA equivaldría a 28'4 millones de euros; .

Por otro lado, en 2014 el cine español ha recaudado 123 millones de euros, calculando una cuota de pantalla equivalente al 25,5%. Aplicando a esa recaudación un porcentaje de 21% de IVA, sale una aportación de 25'8 millones de euros. Esto significa que ha batido récord de recaudación; a pesar de eso, este año los toros aportan 2,6 millones de euros más que el cine español.

No habría que olvidar las subvenciones. En 2014, las subvenciones aportadas por la Administración al Cine fueron 50,8 millones de euros. Así, el cine español necesita 1,97 euros de subvención para generar 1 euro de IVA en taquilla; vemos que es un agujero negro para las subvenciones públicas, una pérdida continua de dinero. Si a la cantidad por subvención le restamos la aportada por IVA resulta que el cine nos cuesta a todos los ciudadanos 25 millones de euros netos; así que es no una industria productiva sino un capricho caro.

Aún hay más: los 56 millones de euros que recaudó la película “Ocho apellidos vascos” distorsionan al alza el total de negocio generado por el cine español en 2014. Suponen el 45,5% de toda la taquilla generada por películas españolas. De los 25,8 millones de IVA aportado por el cine, 11,8 millones salen de la película citada, quedando 14 millones de euros como aportación de las restantes. Si anulamos dicha película, la comparativa entre ambas actividades artísticas sería aún más llamativa, 28,4 millones frente a 14 millones de euros. Así pues, por IVA, los toros aportarían 14'4 de millones de euros más que el cine español.








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jueves, 4 de diciembre de 2014

Un maestro del toreo en Cádiz

Ha pasado una semana y aún resuenan en mi cabeza las palabras del maestro Enrique Ponce. No sólo en mi cabeza: aún se comentan en las tertulias que al anochecer se forman en algunos bares del barrio gaditano de Santa María.

En la que fue casa del poeta José María Pemán no se cabía de atestada que estaba. Allí había gacetilleros y gente del toro; toreros y novilleros en activo; fuerzas vivas de la sociedad; curiosos; damas con un toque de distinción y sobre todo público aficionado. En Cádiz, ciudad tan maltratada desde el punto de vista taurino, quedan todavía muchos aficionados, personas con intención sana, con capacidad de sacrificio cuando hay que irse lejos para ver una corrida de toros. Es una verdadera lástima que la Tacita de Plata sea la única capital española sin plaza de toros.

Habían acudido también de los alrededores, de San Fernando, de Chiclana, incluso de Sevilla; de Jerez, poco pero selecto: don Álvaro Domecq y el que firma. La puntualidad fue exquisita, como corresponde a la personalidad del conferenciante y a la categoría intelectual del presentador.


El catedrático de Universidad don Andrés Amorós, crítico taurino de lujo, ofició de partener en la mesa redonda o diálogo público que se ofreció en la “señorita del mar”, como trasplante de una iniciativa que se lleva ya cultivando unos años en Sevilla. Avisó don Andrés que allí no se iba a tratar de la vida personal del torero ni se iban a recordar anécdotas de su ya largo historial. Lo que nos reunía era conocer el concepto que Ponce tiene de la Tauromaquia y las razones por las que ésta debe ser considerada arte.

El protagonista no podía estar mejor elegido pues no en balde don Enrique fue el primer torero que entró en una Real Academia de Bellas Artes, la de Córdoba, para la que leyó un discurso de ingreso, que se ha convertido en una pieza maestra de la teoría taurómaca. Hasta ahora, sólo Curro Romero ha engrosado la lista de toreros académicos (en la de Santa Isabel de Hungría, en Sevilla). Falta que consigamos poner un torero en Madrid, en la de San Fernando. El desarrollo de la ponencia iba a ser un resumen o repetición del contenido de aquel discurso de ingreso.

El maestro de Chiva desgranó su concepto artístico del toreo y justificó la necesidad del dominio de la técnica, asunto no artístico, como base para luego desarrollar una actividad artística, en el toreo y en lo que no es toreo. Todo esto lo intuíamos los que lo seguimos en su carrera, pero era una gloria oírlo mientras cuajaba en palabras sobre una mesa el ideal que lo impulsa en los ruedos a dominar al toro para convertirlo en instrumento y compañero de una pieza artística.

Como no es un simple teórico, no tuvo ningún empacho en ponerse de pie y realizar ante un público con los ojos bien abiertos los movimientos de que se sirve en su quehacer. Así, de esta guisa, nos explicó cómo se justifica ante los que murmuran que torea con el pico de la muleta, cuando él lo que hace es torear con la media muleta; o cómo es un error creer que hay más riesgo en citar a pitón contrario que en citar al hilo.

La charla, prevista para una duración de una hora, se prolongó hasta más de la hora y media y, por si fuera poco, la prohibición de coloquio fue saltada por los asistentes, que estaban deseosos de sacarle más y más reflexiones.

Durante el vino de honor el maestro no tuvo tiempo de tomar ni siquiera un refresco. La multitud no paraba de pedirle sin piedad autógrafos y fotos y más fotos. Me admiraba la docilidad con que él, torero de época, se prestaba a todas las peticiones. No había ni una pizca de divismo; su cara y su actitud parecían de niño de primera comunión.

Estábamos en la Plaza de San Antonio. En ella, según las investigaciones del doctor Boto, fue donde se celebró por primera en España una corrida de toros a pie, dando nacimiento a la tauromaquia moderna. Es una verdadera lástima, insisto, que la Tacita de Plata sea la única capital española sin plaza de toros. Ponce aprovechó sus últimas palabras ante los micrófonos para solicitar que pronto se realice allí una corrida conmemorativa, aunque sea con una portátil, como hace poco ocurrió en la Plaza Mayor de Salamanca. Él se ofrecía para actuar en el evento. Que nuestros ojos lo vean, y que sea así, pronto.








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martes, 2 de diciembre de 2014

Federico García Lorca 1: "La Fiesta más culta"

El 10 de junio de 1936, el diario "El Sol" publicó una entrevista o diálogo entre el periodista Luis Bagaría y el poeta Federico García Lorca. Un mes y ocho días después estallaba la Guerra Civil y el 19 de agosto García Lorca era asesinado; Luis Bagaría se exilió a La Habana, donde falleció en 1940. Leamos algunas reflexiones vertidas por el literato en aquel diálogo:

-Luis Bagaría: ¿Crees tú, poeta, en el arte por el arte, o, en caso contrario, el arte debe ponerse al servicio de un pueblo para llorar cuando él llora y reír cuando este pueblo ríe?

-García Lorca: Este concepto del arte por el arte sería cruel si no fuera cursi. Ningún hombre verdadero cree ya en el arte puro. En este momento dramático, el artista debe llorar y reír con su pueblo.

-L.B.: ¿Crees tú que al engendrar la poesía se produce un acercamiento hacia un futuro más allá, o al contrario, hace que se alejen más los sueños de otra vida?

-G.L.: La creación poética es un misterio indescifrable. Sé que la poesía eleva, pero el dolor del hombre y la injusticia me evitan trasladar mi casa a las estrellas.

-L.B.: ¿Por qué un español malo tiene que ser más hermano nuestro que un chino bueno?

-G. L.: Yo soy español integral. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre de mundo y hermano de todos.

A continuación Bagaría inquiere a Lorca por las dos cosas que, a su juicio, tienen más valor en España: el canto gitano y el toreo. Al respecto de este último, responde el poeta:

-G.L.: El toreo es, probablemente, la riqueza poética y vital mayor de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que la de los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo. Es el drama puro, en el cual el español derrama sus mejores lágrimas y sus mejores bilis. Es el único sitio donde se va con la seguridad de ver la muerte rodeada de la más deslumbradora belleza.












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sábado, 22 de febrero de 2014

Presentación de José Antonio Barroso

El 22 de febrero se celebró la Gala de Premios que otorga la Peña Taurina El Albero de Conil, correspondientes a la temporada veraniega de 2013 en El Puerto de Santa María. Me invitaron a hacer la presentación del picador José Antonio Barroso, premiado por el mejor puyazo. Aquí va ell texto de mi intervención:

Es una satisfacción subir a presentar al hombre que ha sido premiado por ser buen picador y que además es de Jerez de la Frontera, de donde yo vengo y en donde coincidí con él en el colegio. Primero por ser buen picador, ya que tengo en alto concepto el papel del picador en el desarrollo de la corrida. Podríamos hablar mucho sobre la importancia del tercio de varas pero no es el momento de hacerlo. Segundo por ser de Jerez, en donde ha habido desde siempre buenos picadores, que forman ya una larga lista de nombres. Esa lista empieza con dos nombres que recordaremos especialmente: José Fernández y Juan Martín.

José Fernández fue un famoso y cotizado varilarguero jerezano nacido a principios del siglo XVIII y es el más antiguo de los que se sabe que nacieron en Jerez; fue maestro del célebre José Daza, que le dedicó elogios en su tratado taurino. Juan Martín es de la misma edad de José Fernández y llegó a actuar en Aranjuez ante el rey Felipe V, el cual quedó tan contento de su actuación que le señaló una pensión vitalicia de 200 ducados anuales.

Vemos que buenos picadores los ha habido desde el principio del moderno toreo a pie. Si el protagonismo pasó al matador es porque la fiesta tenía que evolucionar al ritmo de la sociedad. Las cosas necesitan evolucionar para mantenerse vivas. El tercio de varas se adaptó precisamente apoyado en buenos picadores. Nombres como La Pajuelera o Fernando del Toro merecieron el reconocimiento artístico del pintor Francisco de Goya.

Picadores jerezanos más próximos, en el siglo XX, fueron por ejemplo Juan Pérez Vidal, José Pérez “Ruío”, Juan de los Santos, Manuel Lera “El Cartujano”, José Jaén “Mediaplata”, Eduardo Blanco “Riñones”, Cristóbal Justo “Artillero”, Francisco Vega “El Arriero”, Romualdo Almodóvar, Antonio Acosa “Pucherete”, Miguel Atienza, Cristóbal Morales, Pepe Gil y Alfonso Barroso Benítez.

Alfonso Barroso, nacido en 1935, marchó con cuatro años, junto a sus padres y sus hermanos, siguiendo al patriarca en su trabajo con Juan Belmonte y así pasó veinte años en el campo, entre toros y caballos. Luego, comenzó a picar a las órdenes de Antonio Bienvenida. Después hizo once temporadas con Antonio Ordóñez y diecinueve con José Mari Manzanares padre, además de con Diego Puerta y Dámaso González. En total intervino en 2.728 corridas.

Él piensa que las principales cualidades que debe tener un buen picador son dos: una, conocer el caballo y saber montarlo, y otra, tener valor. Piensa que el picador debe picar no como le diga el matador sino como él lo sienta. No le gusta que un picador profundice con el palo varias veces; antes que barrenar hay que levantar el palo. Por último piensa que cada toro requiere una manera de picar distinta.

Tomo un préstamo del maestro Luis Parra Jerezano, que refiere un comentario repetido de Antonio Ordóñez, de cuando llevaba consigo a Alfonso Barroso. La mayoría de las veces que picaba, el de Ronda solía decir: “Hay que ver con qué arte pica este hombre”.

¿Por qué me detengo en este perfilado de Alfonso Barroso? Pues porque el premiado que estoy presentando es su hijo y el hijo considera al padre su modelo y su espejo. De manera que definiendo al uno estoy definiendo al otro.

José Antonio Barroso Vázquez, nacido el 20 de Diciembre de 1975, es uno de los ocho hijos que tienen Alfonso y su mujer Loli. Además, su abuelo Paco fue desbravador de caballos y su bisabuelo fue preparador de caballos de carrera.

Comenzó como picador en 1995 con Dávila Miura. Luego acompañó a Rafaelillo y actuó en varios mano a mano de José Mari Manzanares padre. También formó parte de las cuadrillas de Enrique Ponce y de Finito de Córdoba. A partir de 1998 estuvo con Miguel Abellán, con Manzanares padre y con Uceda Leal. Desde el 2002 hasta hoy pertenece a la cuadrilla de José María Manzanares hijo.

En el año 1998 ganó su primer trofeo, en una corrida concurso de Belméz. En 2004 triunfó en El Puerto. En 2006 la revista “6Toros6” lo reconoció como mejor picador del año. En San Sebastián de los Reyes fue “Mejor picador” en 2007 y repitió reconocimiento en 2010. En el 2009 recibió el premio Hotel Jerez a la mejor suerte de picar en la Feria del Caballo. En 2012 recibió en Alicante el premio al mejor puyazo y con sus compañeros recibió el trofeo como mejor cuadrilla en Córdoba, en Diario ABC y en Sevilla, tanto en el Colegio de Enfermería como en los Premios Antique de Oro.

Con sus antecedentes caballísticos, podemos suponer que es un verdadero torero a caballo. Jerónimo Roldán suele decir que José Antonio es tan buen jinete que cuando un toro derriba a su caballo siempre cae de pie.

El 4 de agosto de 2013, en El Puerto salió un sexto toro muy exigente, bravo con una punta molesta de genio. Los peones de Manzanares, como siempre, dieron una lección bregando y banderilleando, pero antes allí estuvo José Antonio con dos puyazos sensacionales, cogiendo al toro desde lejos, en lo alto y en buen sitio, sin rectificar, sin barrenar y aguantando. Necesitó mover el caballo y lo movió con fortuna; lo movió incluso para dejarle siempre al toro salida, rehuyendo cualquier tentación ventajista ante un toro nada fácil.

Al terminar arrancó una ovación cerrada, con el público puesto en pie. La ovación duró mientras el piquero, después de despedirse destocado de la presidencia, marchaba de vuelta junto a las tablas. Si alguien no se había puesto en pie, a su paso se levantaba. Yo sentí la emoción en el cuerpo y me parecía extraño que me la provocara así la actuación de un picador. La ovación seguía. José Antonio atravesó la puerta de la barrera y entró en el pasillo que va al patio de cuadrillas y la ovación seguía. Puedo decir en este momento, sin riesgo de equivocarme, que fue la ovación más grande de todas las que se oyeron el pasado verano en la Plaza Real, incluyendo las dedicadas a cualquier matador.

Aquella actuación le ha valido recibir varios premios, como el de la Tertulia Taurina Monasterio y el de la Peña José Luis Galloso. Ahora la Peña “El Albero” de Conil, a través de un jurado independiente, confirma este reconocimiento verdaderamente merecido por una actuación de un torero a caballo, que está en su plenitud y que promete una carrera tan fructífera como para merecer ponerse a la altura de los grandes picadores de Jerez, empezando por los dieciochescos José Fernández y Juan Martín y terminando por su padre, que, aunque su modelo, esperemos que lo supere.

Marciano Breña Galán, Conil, 22 de febrero de 2014












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